No resulta necesario adoptar una perspectiva bajista sobre la economía para mostrarse optimista sobre el mercado de bonos. A continuación, exponemos los motivos que sustentan esta afirmación.
A medida que nos encaminamos hacia 2024, creemos que la siguiente fase en la que se adentrará la Reserva Federal (Fed) estadounidense probablemente se caracterizará por la realización de una pausa en su ciclo de subidas de los tipos de interés mientras evalúa la repercusión del endurecimiento de las condiciones financieras y de concesión de préstamos que se deriva de la aplicación de sus medidas. En lo que respecta a los inversores, estos deberían esperar que se hable largo y tendido sobre si la Fed logrará orquestar un «aterrizaje suave» de la economía. Con todo, los inversores en bonos disponen de una oportunidad única para generar rentabilidades atractivas tanto si la institución es capaz de lograrlo como si fracasa en su intento. Pasemos ahora a exponer nuestro razonamiento:
Los bonos han mostrado un buen comportamiento tras las pausas de la Fed
Por lo general, este tipo de interrupciones de las subidas de tipos que efectúa la Fed suelen tener una duración inferior a un año, y no es necesario que se produzca un recorte de los tipos para que los bonos repunten. Los registros históricos sugieren que, cuando la Fed alcanza el punto álgido de su ciclo de subidas de tipos, la rentabilidad general de los bonos en el periodo posterior resulta excepcional (gráfico 1).
Gráfico 1: rentabilidades de los bonos después de que las subidas de tipos de la Fed hayan alcanzado máximos1
(Rentabilidad media prevista tras una pausa en las subidas de tipos, en %)
Fuente: Columbia Threadneedle Investments. En las notas puede consultar los índices utilizados.
No creemos que la economía vaya a protagonizar un «aterrizaje forzoso», pero en vista de que desconocemos la magnitud que tendrá una ralentización económica y el nivel que alcanzará la inflación, consideramos que el punto en el que se encuentren los inversores en el espectro de calidad marcará la diferencia. Si bien los bonos con calificaciones inferiores han cosechado sólidas rentabilidades en 2023, pensamos que el mercado adoptará un enfoque más exigente de cara a 2024. Prevemos que los bonos de mayor calidad serán los bonos que mejor comportamiento registrarán durante el próximo año.
Asimismo, creemos que la rentabilidad mostrará una dispersión mayor de la que ha presentado hasta ahora. A medida que nos adentramos en un entorno de tipos de interés más elevados durante más tiempo, la brecha entre los ganadores y los perdedores debería ampliarse, en especial en los segmentos de menor calidad del mercado. Ello hará que la selección del crédito, que constituye uno de nuestros principales elementos nucleares, pase a revestir mayor importancia.
Los inversores pueden obtener rentabilidades más altas a largo plazo
Las rentabilidades de los bonos han aumentado hasta niveles que no observábamos desde hace décadas. En nuestra opinión, los inversores no deberían dejar pasar la oportunidad de obtener rendimientos más elevados a largo plazo, por no mencionar el potencial de rentabilidad total que se deriva del aumento de los precios de esos bonos. Asimismo, representa un gran incentivo para reorientar el capital hacia clases distintas del efectivo. El mercado monetario ha experimentado un renacimiento a medida que los inversores han tomado conciencia de que pueden asignar capital al efectivo y obtener un rendimiento competitivo con esta clase de activos. El atractivo del efectivo empezará a menguar cuando los tipos de interés a corto plazo disminuyan y las ventajas en términos de diversificación que aporta tener en cartera bonos de elevada calidad con vencimientos a largo plazo y que ofrecen rendimientos más altos empiecen a resultar más interesantes.
Fuera de Estados Unidos, las oportunidades podrían resultar todavía más llamativas en Europa, a pesar de que los rendimientos absolutos se sitúan en niveles inferiores en dicha región. A diferencia de lo que sucede en Estados Unidos, el Viejo Continente no solo está dejando atrás un entorno de tipos de interés cercanos a cero, sino de tipos en terreno negativo. En la actualidad, no solo observamos unos tipos de interés reales positivos, sino también una ampliación de los diferenciales de crédito. Ello implica que los inversores obtendrán una prima de riesgo más elevada por un bono con una calificación similar en Europa de la que obtendrían en Estados Unidos.
Los inversores pueden sacar partido de la situación de distintas formas
Habrá dos formas de invertir en el mercado de bonos en 2024 que, a nuestro juicio, resultan igualmente válidas, y decantarse por una u otra dependerá de las perspectivas de los inversores sobre la economía:
1 . Obtener ingresos gracias al crédito de mayor rendimiento
En el caso de los inversores que consideran que el crecimiento mantendrá su resiliencia (como muestra la celda «crecimiento estable» del gráfico 2) y se encuentran cómodos con el nivel de riesgo, los ingresos que pueden obtener mediante bonos de alto rendimiento y préstamos bancarios pueden representar un buen complemento para una cartera diversificada.
Gráfico 2: desenlaces económicos y en materia de inflación
12 months from now… | Economy | ||||||
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Stable growth | Recession | ||||||
Inflation | Lower |
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Credit-orientated assets (eg high-yield, corporate bonds, non-Agency mortgagebacked securities) | High quality durationsensitive assets (eg Treasuries, Munis, Agency mortgagebacked securities) | ||||||
Higher |
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Minimise duration (eg Bank loans) | Credit-sensitive assets/moderate duration (eg short-term bonds) |
2 Buscar ingresos y protección mediante bonos de elevada calidad.
Los inversores que no muestren tanta confianza en las perspectivas económicas (véase la celda «recesión» en el gráfico 2) pueden beneficiarse de activos de elevada calidad y sensibles a la duración, como los bonos del Tesoro o los bonos municipales. Estos pueden constituir activos de mayor calidad que podrían ayudarles a protegerse de las pérdidas en caso de que se produzca un aterrizaje más brusco de la economía.
Conclusión
Equilibramos nuestra visión optimista sobre los bonos con una opinión realista que sostiene que la coyuntura económica continúa siendo incierta, pero creemos que las probabilidades de que la economía protagonice un aterrizaje forzoso son escasas. Y lo que es más importante, consideramos que los tipos de interés están cerca de tocar techo y que una interrupción de su aumento por parte de la Fed constituirá un acontecimiento de mercado relevante. En efecto, representaría un punto de inflexión que ha proporcionado históricamente unas abultadas rentabilidades a los titulares de bonos. Si a ello le sumamos la oportunidad de obtener unos rendimientos atractivos, pensamos que estamos ante un momento adecuado para que los inversores participen en el mercado de bonos.