Ourallows us to build portfolios with quality bias and only intended exposures research-intensive approach
- En una era sin precedentes, a los clientes les cuesta construir carteras que cuenten con una buena diversificación, así como afrontar los crecientes costes derivados de las garantías y la gestión de unos pasivos muy caros. Tras décadas de dependencia de la diversificación en la renta fija, deben hallar nuevas maneras de cubrir sus exposiciones al tiempo que aumentan el volumen de activos.
- Las clases de activos como las infraestructuras, el capital inversión (private equity) y los bienes inmuebles generan la combinación de diversificación y rendimiento que se precisa. Ahora bien, traen consigo complicaciones, dada su iliquidez y los periodos de inmovilización (lockup), de ahí que se presten menos que otras clases de activos a una asignación dinámica de activos. Se trata de un dilema interesante que debemos tener en mente a la hora de construir carteras de inversión a largo plazo.
- Los clientes buscan carteras de crédito de elevada calidad que presenten una menor probabilidad de registrar impagos en la coyuntura económica del año que viene. Nuestro enfoque basado en un pormenorizado análisis constituye la piedra angular del proceso y nos permite construir carteras con un sesgo orientado hacia la calidad y únicamente las exposiciones deseadas.
- El envejecimiento y la creciente longevidad de la población también están poniendo la planificación de la jubilación en el punto de mira. En 2018, por primera vez en la Historia, la cifra de personas por encima de los 65 años superó a la de los niños de menos de 5 años, según las Naciones Unidas. De aquí a 2050, habrá el doble de mayores de 65 años que de niños de menos de 5 años.
¿Qué tipo de soluciones a medida buscan nuestros clientes institucionales y de subasesoría en un mundo actual que se
caracteriza por la falta de rendimientos, un repunte en los impagos y el envejecimiento de la población? Habida cuenta de que
los rendimientos de la deuda pública del universo desarrollado se hallan en las cotas más bajas jamás registradas, la tradicional
diversificación entre la duración de la renta fija y el crédito ya no resulta tan eficaz.
A nuestro parecer, hay un creciente apetito por los enfoques alternativos
a la hora de construir carteras de inversión a largo plazo, entre lo que se
incluye una asignación de activos estratégica y dinámica, que se adapta
activamente a un abanico de estados de ánimo del mercado y que busca
una mayor diversificación en las carteras por medio de clases de activos
alternativas. Disparado por el acusado incremento del endeudamiento público
y privado conforme avanza paulatinamente la pandemia de la COVID-19, el
volumen de deuda en todo el planeta se sitúa en un máximo sin parangón,1
y resulta incluso de mayor magnitud que en 2009 tras la crisis financiera
mundial. Cuando se acabe finalmente la pandemia, podríamos aterrizar en un
mundo de reducida inflación y bajo crecimiento en el que los tipos de interés
permanecerían en cotas más bajas durante más tiempo de lo que se preveía
con anterioridad y los impagos corporativos podrían aumentar.
La necesidad de carteras estratégicas bien diversificadas
En esta era sin precedentes, a los clientes les cuesta construir carteras
que cuenten con una buena diversificación, así como afrontar los crecientes
costes derivados de las garantías y la gestión de unos pasivos muy caros.
Tras décadas de dependencia de la diversificación en la renta fija, deben
hallar nuevas maneras de cubrir sus exposiciones al tiempo que aumentan
el volumen de activos. ¿Cómo podemos crear carteras estratégicas que
repliquen la diversificación que, en términos históricos, ha ofrecido la renta
fija cuando los rendimientos eran mayores?
Las clases de activos como las infraestructuras, el capital inversión (private
equity) y los bienes inmuebles generan la combinación de diversificación
y rendimiento que se precisa. Ahora bien, traen consigo complicaciones,
dada su iliquidez y los periodos de inmovilización (lockup), de ahí que se
presten menos que otras clases de activos a una asignación dinámica de
activos. Se trata de un dilema interesante que debemos tener en mente
a la hora de construir carteras de inversión a largo plazo.
Las clases de activos como las infraestructuras, el capital inversión (private equity) y los bienes inmuebles generan la combinación de diversificación y rendimiento que se precisa, aunque conllevan riesgos
Como se ha comentado con anterioridad, la adopción de una asignación de
activos dinámica se está volviendo un enfoque cada vez más popular. Esto
implica el uso de señales que permitan identificar una variedad de estados
de ánimo en el mercado, como un mercado bajista, un mercado neutral,
un mercado alcista y un mercado muy alcista, así como el recorte o el
incremento activo del riesgo en una cartera estratégica. Los instrumentos
líquidos podrían tornar con rapidez las carteras en asignaciones
predeterminadas que casen con cada uno de estos estados de ánimo.
La necesidad de personalizar el crédito de calidad
Muchos de nuestros clientes temen que las graves recesiones de 2020 se
traduzcan en impagos crediticios en 2021 y 2022 cuando el gobierno deje de
respaldar la economía. China ya está notando las consecuencias crediticias
de la COVID-19. Conforme el Gobierno ha ido retirando el apoyo que ofrecía
a las entidades estatales, se ha ido dando una ola de impagos de deuda.
Europa y Estados Unidos se hallan en estadios más tardíos respecto del
ciclo de la COVID-19 que Asia, y existe el peligro de que, en algún momento,
puedan hacer frente a riesgos crediticios similares.
Aquellos de nuestros clientes que invierten en carteras multiactivos o de
crédito son muy conscientes de ese riesgo. Por consiguiente, los clientes
buscan carteras de crédito de elevada calidad que presenten una menor
probabilidad de registrar impagos en la coyuntura del año que viene. Nuestro
enfoque basado en un pormenorizado análisis constituye la piedra angular
del proceso y nos permite construir carteras con un sesgo orientado hacia
la calidad y únicamente las exposiciones deseadas.
Aspectos demográficos y presiones normativas
Aparte de estas cuestiones inmediatas, el envejecimiento y la creciente
longevidad de la población también están poniendo la planificación de la
jubilación en el punto de mira. En 2018, por primera vez en la Historia, la cifra
de personas por encima de los 65 años superó a la de los niños de menos
de 5 años, según las Naciones Unidas.2 De aquí a 2050, habrá el doble de
mayores de 65 años que de niños de menos de 5 años.
Nuestro enfoque basado en un pormenorizado análisis nos permite construir carteras con un sesgo orientado hacia la calidad y únicamente las exposiciones deseadas
Los clientes relacionados con los seguros y la asesoría afrontan este
problema cuando ofrecen soluciones de inversión o soluciones garantizadas
a sus clientes. Esto, a lo que se suma el incipiente desafío que supone una
mayor normativa y la implementación de dos nuevas normativas contables
(NIIF 9 «Instrumentos financieros» y NIIF 17 «Contratos de seguros») obligará a
las firmas a replantearse la manera en la que casan activos y pasivos con el
desarrollo de productos en 2021 y, por ende, la manera en la que construyen
carteras bien diversificadas con énfasis en la protección del capital.
Conclusión
En 2021 y compases posteriores, los inversores reaccionarán a los desafíos
a los que tienen que hacer frente adoptando nuevos enfoques de gestión de
inversiones y pasivos. Muchos se inquietarán por las crecientes presiones
normativas, el envejecimiento de los clientes o la falta de diversificación
en las carteras de inversión. En cualquier caso, la creación de carteras
estratégicas dinámicas diversificadas, con fundamento y un tamaño adecuado
resultará esencial en 2021, debido a que ya no se puede depender de la
renta fija para diversificar el riesgo de las carteras, a los crecientes riesgos
de impagos y al entorno de bajos tipos de interés. Nuestros clientes también
conformarán carteras que incluirán criterios de inversión responsable,
lo que reflejará sus creencias y la tendencia generalizada en el sector.
Hacerlo les permitirá adaptarse a un mundo excepcionalmente complicado
de rendimientos reducidos en la renta fija, normativas más estrictas y falta
de diversificación.