Debido a que el Reino Unido ha abandonado la UE, los fondos del Reino Unido podrían sufrir un aumento en la retención fiscal en origen sobre sus inversiones al perder la condición de OICVM y dejar de ser considerados beneficiarios de la UE. Por consiguiente, se aplicarán unos tipos de retención fiscal en origen más elevados sobre los dividendos y los pagos por intereses recibidos por los fondos del Reino Unido, lo que aumentará la carga fiscal en la rentabilidad de los fondos.