La década que acabamos de dejar atrás es la primera en la que Estados Unidos, la mayor economía del mundo, no ha experimentado una recesión¹. No cabe duda de que los diez últimos años se han visto marcados por la larga y lenta recuperación de la crisis financiera mundial y que los bancos centrales han prestado su apoyo a través de medidas de expansión cuantitativa, pero recesión, no se ha registrado ninguna.
El siguiente gráfico de Bernstein me parece fascinante:
Fuente: Bernstein/Goldman Sachs, diciembre de 2019
Se observa con claridad que, desde el siglo pasado más o menos, los ciclos económicos son cada vez más prolongados. Esto refleja la cambiante naturaleza de la economía durante ese tiempo: la transición desde una economía de base agraria que atraviesa una revolución industrial hasta una economía impulsada por el consumo y los servicios. A lo largo de la pasada década, hemos asistido a tres desaceleraciones industriales (alrededor de la crisis del euro, el colapso de los precios del petróleo en 2014 y el actual deterioro inducido por el comercio y exacerbado por el coronavirus). Todas ellas han provocado ralentizaciones económicas, pero ninguna ha desencadenado una recesión (por ahora, en el caso del coronavirus).
La explicación es sencilla: dado que el consumo representa el 70% de la economía² , resulta cada vez más difícil que una caída vinculada a los inventarios industriales provoque una recesión de toda una economía sin la presencia de otros desequilibrios económicos, como observamos durante la crisis financiera mundial.
Esta es la expansión económica más larga jamás registrada, aun cuando puede calificarse como «inferior», como se muestra en este gráfico:
Fuente: Bernstein/Goldman Sachs, diciembre de 2019
Esto suscita la siguiente pregunta: ¿ha llegado el momento de la recesión? Es posible, pero no constatamos importantes desequilibrios en la economía y el consumo se mantiene robusto; de producirse una recesión, probablemente será suave. De hecho, nuestro equipo de renta fija no prevé ninguna recesión.
La otra conclusión que extraemos del gráfico es que el crecimiento se está ralentizando ciclo tras ciclo; esto se debe a numerosas y variadas razones, pero se trata de un hecho innegable.
En nuestra condición de inversores, afrontamos actualmente dos desafíos, y ambos implican la búsqueda de «rarezas» (por su creciente escasez). El primer reto es el rendimiento, que dejaré a un lado, aunque recomiendo que analicen el Threadneedle Global Equity Income Fund como solución potencial. El segundo desafío radica en hallar compañías con una capacidad real para impulsar su crecimiento. Como ilustra el siguiente gráfico, la proporción de compañías que pueden ofrecer un crecimiento de los ingresos por encima del 4% va en descenso, mientras que la proporción de firmas con un crecimiento lento o nulo tiende al alza.
Few companies have high projected sales growth
Fuente: Goldman Sachs 2020
Nuestra labor en el departamento mundial consiste precisamente en identificar compañías de crecimiento de calidad capaces de multiplicar los ingresos en este entorno económico de bajo crecimiento. Gracias a nuestro éxito en esta búsqueda, nuestros clientes han recibido una satisfactoria recompensa con respecto al mercado a lo largo de los años, y creemos que así seguirá siendo en la década de 2020. Pueden leer otros artículos del blog World in Motion si desean descubrir cómo y dónde hallamos esas compañías que presentan ventajas competitivas y que, en nuestra opinión, pueden lograr un crecimiento exponencial. Y si desean unirse a nosotros en esta misión, los responsables de ventas de Columbia Threadneedle y todos nosotros estamos a su entera disposición.