Principales conclusiones
- Las valoraciones de «investment grade» siguen siendo ajustadas y el mercado continúa centrado en si los fundamentales las justifican. Nuestro análisis bottom-up de la compañías muestra que la rentabilidad sigue siendo sólida y el apalancamiento moderado
- Examinamos las nuevas tendencias a medida que nos acercamos a 2025 y destacamos los sectores que se verán más afectados.
- Desde el punto de vista geográfico, creemos que los emisores de los índices estadounidenses se encuentran en mejor posición que sus homólogos europeos de cara al futuro.
Los índices con calificación «investment grade» (IG) se mantienen cerca de los últimos máximos. Del mismo modo, los fundamentales de las empresas se encuentran en una posición muy sólida. Dentro del crédito, nuestro análisis busca identificar dónde existen desajustes entre las expectativas sobre los fundamentales y las valoraciones de los emisores, empresa por empresa. También agregamos las expectativas de las compañías individuales cada trimestre para ofrecer una perspectiva del mercado en su conjunto. Se basa en las previsiones detalladas yascendentes (bottom-up) que realizan nuestros analistas sobre cada uno de los emisores que cubren y ofrece una perspectiva sobre la salud de las mayores empresas de EE. UU. y Europa, en la que destaca tanto a los vencedores como a los perdedores.
Gráfico 1: Historial del diferencial (OAS) y media a largo plazo
Fuente: Índices ICE, a 27 de septiembre de 2024
A estas alturas del año, podemos permitirnos tener cada vez más seguridad acerca de cómo acabará siendo 2024, por lo que la atención empieza a centrarse en las perspectivas para 2025. Aunque todavía es pronto para sacar conclusiones de las previsiones oficiales de los equipos directivos, algunos temas empiezan a destacar como posibles amenazas y oportunidades, los cuales destacamos a continuación.
En términos generales, y desde el punto de vista del crédito, los fundamentales disfrutan de una posición muy sólida. Después de la COVID-19, el entorno empresarial ha sido muy favorable a la solidez del crédito, y las medidas relativas al coste y a la eficiencia aplicadas durante la pandemia se han trasladado a la rentabilidad y al flujo de caja.
Estamos empezando a ver diferencias entre las empresas estadounidenses y las europeas en lo que respecta a las cifras agregadas. Nuestras previsiones sobre EE. UU. muestran mejoras moderadas en 2025 tanto en los márgenes como el apalancamiento (el volumen de deuda de una empresa en relación con sus beneficios —cuanto más baja, mejor—), mientras que, en Europa, constatamos un ligero deterioro (gráficos 2 y 3).
Gráfico 2: Márgenes EBITDA, EE. UU. (arriba) y Europa (abajo)
Fuente: Análisis de Columbia Threadneedle Investments, a septiembre de 2024.
Gráfico 3: niveles de deuda y apalancamiento, EE. UU. (arriba) y Europa (abajo)
Fuente: Análisis de Columbia Threadneedle Investments, a septiembre de 2024.
Los componentes de los conjuntos de datos son muy diferentes, por lo que estas cifras agregadas deben considerarse dentro del contexto de las perspectivas sectoriales que figuran a continuación. Sin embargo, el aspecto común entre ambos es que los balances se mantienen en una buena posición desde una perspectiva histórica. Los márgenes se revelan sólidos y el apalancamiento se mantiene por debajo de los niveles anteriores a la COVID, lo que favorece los diferenciales de crédito.
Estrategia a futuro
De cara a 2025, cabe destacar algunos temas:
El revuelo en torno a la inteligencia artificial es real. Sea cual sea la opinión del lector sobre las aplicaciones finales, el dinero que está invirtiéndose en infraestructuras y desarrollo resulta considerable y va en aumento. Esperamos que continuará así en 2025 y más allá. La repercusión será enorme en los sectores de la tecnología y las telecomunicaciones a escala mundial, ambos bien situados para beneficiarse de estos cambios.
En el sector industrial, los beneficios de los materiales de construcción siguen aumentando, ya que los márgenes están respaldados por la solidez de los precios y la combinación de productos, la ausencia de exposición a China y la fortaleza del mercado estadounidense. Los márgenes de los bienes de equipo también siguen siendo elevados, ya que la demanda procedente de las tendencias seculares que apoyan segmentos como las infraestructuras inteligentes compensa en gran medida la flaqueza de la robótica y la automatización de las fábricas. Esperamos que estas tendencias se prolonguen.
El cuello de botella en el sistema sanitario provocado por la COVID-19 sigue despejándose. La utilización de los servicios sanitarios se mantiene en un nivel elevado, algo positivo para los proveedores y fabricantes de equipos, pero que somete a presión a las aseguradoras. Estas últimas fijarán los precios de las pólizas de 2025 teniendo en cuenta el mantenimiento de estas tasas de utilización más elevadas, lo que podría reducir las prestaciones de los consumidores, aunque supondría una mejora de la rentabilidad.
La salud del consumo seguirá en el punto de mira. Ya hay indicios de que el consumidor de gama baja está notando la presión económica, mientras que en el otro extremo de la escala algunas empresas de artículos de lujo han sufrido revisiones negativas por los malos resultados obtenidos en China. A escala corporativa, esperamos que esto lleve a una vuelta al entorno de bajo crecimiento anterior a la COVID-19 para las empresas de bienes de consumo. Sin embargo, las empresas se encuentran en una buena posición financiera para poder complementar ese crecimiento anémico con adquisiciones. Pronosticamos más operaciones en este ámbito en 2025.
Conclusión
Dadas las ajustadas valoraciones, el mercado sigue con gran atención cualquier sugerencia de que los fundamentales de las empresas no estén en condiciones de justificarlas. Nuestro trabajo sugiere que, en general, la salud del emisor medio de IG sigue siendo muy favorable a una valoración con prima. Sin embargo, si hubiera que examinar minuciosamente los primeros signos de fisuras, los automóviles y el consumo de gama baja serían objeto de un gran escrutinio en los próximos meses. Desde el punto de vista geográfico, creemos que los emisores estadounidenses se encuentran en mejor posición que sus homólogos europeos.