La subida de los tipos de interés ha socavado la cotización de las compañías más pequeñas en expansión. Ahora bien, dichos tipos de interés no han repercutido necesariamente en la rentabilidad operativa de estas compañías
La inflación cede terreno, los tipos de interés marcan máximos y los beneficios empresariales experimentan un crecimiento, lo que torna atractivas las valoraciones de los títulos de pequeña capitalización
Esto apuntala el resurgimiento de las rentabilidades superiores en aquellas compañías que demuestran calidad y crecimiento
Los tipos de interés y el coste del capital desempeñan un papel clave en la rentabilidad de las compañías más pequeñas en expansión. Muchos inversores adquieren compañías más pequeñas por el crecimiento y no por el valor. Hay varios motivos que sustentan este razonamiento, entre los que cabe incluir los siguientes:
- Los riesgos de invertir en un modelo de menor crecimiento a una valoración barata resultan más elevados en el caso de las compañías más pequeñas
- Los balances son más vulnerables
- Los modelos de negocio están más centrados y menos diversificados
- La liquidez representa un desafío, de ahí que los inversores puedan opinar que la venta de acciones resulta cara o complicada de materializar cuando surgen malas noticias
Esto implica que es más seguro poner el foco en la calidad y el crecimiento, y comprar modelos de negocio de confianza que presentan beneficios sostenibles y recurrentes y, en última instancia, un sólido crecimiento. La contrapartida es que estas compañías exhiben valoraciones más altas.
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En los últimos tres años, las compañías de pequeña capitalización han tenido una rentabilidad inferior al de las grandes. Su orientación al crecimiento, su menor representación en los sectores que se beneficiaron del cambio de entorno (petróleo y bancos) y una debilidad más amplia de los mercados fue una triple amenaza contra la que lucharon. Pero es posible que esta tormenta perfecta ya haya pasado…